Cuando nuestro vehículo cumple cuatro años comenzamos con la preocupación de cómo pasar la ITV, un problema que se hace mayor conforme transcurre el tiempo, pues al sucederse los años suelen llegar las inspecciones desfavorables.
Por suerte, pasar la ITV en realidad no es muy complicado si llevamos el mantenimiento al día y vamos haciendo algunas reparaciones, para las cuales nos puede venir bien tener una llave de impacto.
Cómo pasar la ITV sin problemas: requisitos
Si no sabemos cómo se pasa la ITV, por no haber ido nunca a una estación, el proceso no es complejo y se basa en una serie de pruebas en las que interviene tanto el ojo humano como las máquinas. La combinación de ambos dirá si el coche es apto para circular o no.
Las emisiones tienen que ser las homologadas
La primera prueba con el fin de pasar la ITV es la de gases y se hace tanto en los coches gasolina como en los diésel. Los primeros no suelen tener problemas, pero los dueños de los segundos son los que más se preguntan cómo pasar la ITV sin inconvenientes.
Lo mejor es acudir con el coche caliente, después de haber circulado decenas de km a buen ritmo y si sospechamos que “los humos” pueden estar al límite podemos ir a un taller a que nos den un producto profesional que se pone en el depósito de combustible y ayuda con la prueba.
En el caso de que salga desfavorable, antes de volvernos loco convendría subir el coche a un elevador y con la ayuda de una pistola de impacto repasar todo el sistema de escape, pues a veces un desajuste por donde entra aire fastidia la prueba.
Los faros e intermitentes deben funcionar bien
Siguiendo con las pruebas de esta inspección, la siguiente es la de las luces. Aquí todas tienen que funcionar bien y las delanteras estar a la altura correcta, ni muy bajas ni muy altas.
Muchas personas dudan sobre cómo pasar la ITV sin problemas, pero luego no revisan las luces antes de ir y a pesar de la creencia de que se puede pasar la ITV con una luz que no funciona, lo cierto es que no es así y habrá que volver otro día.
Se mide la capacidad de frenada
Después de mirar si las luces funcionan nos toca ir a la estación de frenado. Aquí metemos las ruedas en unos rodillos, tanto las delanteras como las traseras, y el operario nos dirá cómo debemos frenar.
Hay una pantalla con una franja amarilla y habrá que mantener ahí la línea de frenado, además de pisar el pedal a fondo y probar el freno de mano en las ruedas traseras.
A no ser que el coche tenga muy mal el sistema de frenos es una prueba muy sencilla de pasar.
El estado de los amortiguadores tiene que ser el correcto
Seguimos con el coche hacia delante y hay que colocar las ruedas encima de unas placas que nos van a “agitar” como si estuviésemos en un camino lleno de baches.
Aquí se comprueba el estado de los amortiguadores, de manera que si sospechamos que pueden estar mal lo mejor es cambiarlos antes de llegar a la ITV.
Unos amortiguadores al final de su vida útil suelen ir muy blandos y provocar balanceos que el coche nunca ha hecho, y que en determinados momentos pueden darnos un susto debido a lo que se mueve toda la carrocería.
Ruedas y dirección deben estar en perfecto estado
Un último paso antes de que nos den la ansiada pegatina que acredita pasar la ITV es hacer una parada para que sea el ojo humano el que compruebe el estado de las ruedas, de la dirección y de los bajos del vehículo.
Muchas revisiones desfavorables se deben a estos elementos, sobre todo a las ruedas que sí están muy gastadas es mejor cambiarlas antes de ir a la inspección, ya que en un taller especializado lo hacen en unos minutos y sin cita previa, gracias al uso de herramientas como las llaves de impacto.
A pesar de que aquí se “tire para atrás” a muchos vehículos, lo cierto es que es de las partes fundamentales de la revisión, en especial porque se detectan muchos problemas de la dirección antes de que ocurra un accidente, pues el operario que está dentro del foso tiene una vista inmejorable de todos los elementos que la componen cuando nos pide que giremos el volante.
Alguna vez todos nos hemos preguntado cómo pasar la ITV. Lo mejor es llevar el coche con el mantenimiento al día, pero siempre conviene revisar algunos puntos del vehículo. Si tenemos dudas, podemos acudir a un taller e incluso pasar por las máquinas pre ITV que tienen algunos, para saber de antemano cuál será el dictamen de la estación y si tenemos que arreglar algo en el vehículo.