La dirección de un coche es susceptible de averiarse con el paso de los km, en especial si solemos circular por asfaltos muy bacheados que castigan mucho a todos los elementos que la conforman.
Si nos preguntamos cómo saber si la dirección del coche está mal os podemos decir que es algo que vamos a notar, pues enseguida cambia la conducción y se hace más complicada e imprevisible.
Posibles averías en la dirección del coche
Al igual que ocurre con otros sistemas del vehículo, una falla de dirección puede tener muchas causas, ya que en los coches actuales es un componente un tanto complejo muy alejado de las direcciones mecánicas de los automóviles anteriores a los años 80.
Fugas del aceite de la dirección
Las direcciones de los coches llevan un depósito de aceite, tanto en las hidráulicas como en las eléctricas, que llega al volante a través de una manguera presurizada.
Conforme pasa el tiempo el plástico pierde sus propiedades y aparecen las fugas, o a veces incluso se suelta. El resultado es que el depósito se seca, la bomba se queda sin fluido y el volante no funciona bien, se endurece.
Bomba dañada
Una bomba de dirección también sufre el paso de los años y al final puede fallar. Una de las causas es que se quede sin fluido, pero también es posible que llegue al final de su vida útil.
De un día para otro ya no funciona más y no podemos mover el volante, o si lo hacemos es con mucha dificultad.
Brazo de dirección estropeado
Uno de los componentes más importantes de una dirección es el brazo, que se conecta a las ruedas con unos ejes y con unas juntas.
Los ejes, el mismo brazo y las juntas se pueden ir estropeando y entonces notamos que el volante esta duro y que nos cuesta girar, sobre todo cuando arrancamos en frío.
Correa de la dirección en mal estado
Siempre que movemos el volante la correa de la dirección se desplaza, así que el desgaste al que está sometida es grande. Esto hace que al final pierda sus propiedades y se afloje, algo que notaremos en el volante.
Cómo podemos detectar problemas en la dirección del coche
Saber si la dirección de un coche tiene una avería no es complicado, ya que es una de las partes del vehículo con las que más interactuamos.
De hecho, las averías en la dirección muchas veces “las sentimos” a través de las manos o las detectamos a través del oído de una manera muy clara.
El volante se endurece
Cuando hay averías en la dirección, en muchas ocasiones lo primero que notamos es que el volante está más duro de lo normal. A veces, es posible que lo achaquemos a que ese día estamos cansados, pero pronto se pone más duro y cuesta moverlo.
Este síntoma nos debe llevar de inmediato al taller, pues de lo contrario podemos romper alguna de las partes que componen el sistema. Allí, y gracias a las llaves de impacto, podrán desmontar las piezas en un momento y darnos un diagnóstico.
Hay holguras en la dirección
Otra manera de darnos cuenta de que la dirección no está bien es cuando hay holguras. Esto significa que movemos el volante, pero las ruedas no lo hacen a su vez. Es como si hubiese un retardo entre nuestra orden y el movimiento.
Esta falla de dirección es la más peligrosa, pues puede provocar que nos salgamos en una curva o que nos demos un golpe al alargar demasiado una maniobra porque el volante no responde.
Se oyen ruidos cuando hacemos maniobras
A diario hacemos maniobras que implican utilizar todo el rango de giro de la dirección en especial cuando aparcamos y no se oye ningún ruido a no ser que lleguemos al tope. En ese caso se escucha un zumbido proveniente de la bomba, que se corta cuando giramos un poco.
Estos ruidos son distintos y ocurren en cuanto empezamos la maniobra, por lo que nos damos cuenta de que algo no está bien.
El volante tiembla
Entre todas las maneras que la dirección tiene de decirnos que hay un problema, el más alarmante es el volante temblando, sobre todo si los temblores son fuertes.
Si aparecen temblores hay que ir al taller. Allí, y con las pistolas de impacto, retirarán las ruedas para descartar que el problema venga de ahí, pues lo que se piensa que es una falla de la dirección en muchos casos es debido a las ruedas.
La dirección es uno de los sistemas más importantes de un coche, pues es el que nos deja guiar por donde queremos. Con el tiempo puede estropearse y suele dar síntomas muy claros, que nos permiten ir al taller para que arreglen el fallo antes de que sea irreversible y tengamos que gastar más dinero en cambiar muchas de sus piezas.