Todos nos hemos hecho la pregunta de qué presión deben tener los neumáticos de un coche cuando vamos a la gasolinera a mirarla. No es algo que se haga a menudo (aunque deberíamos comprobarlas al menos una vez al mes) y a veces se nos olvidan incluso las presiones de nuestro propio coche.
El inflado correcto de los neumáticos es fundamental tanto para su duración como para nuestra seguridad, por lo que conviene saber cuál es la presión correcta en todo momento, pues no en todas las circunstancias se debe llevar la misma.
Qué presión deben llevar los neumáticos
La presión de los neumáticos es distinta en cada vehículo, ya que depende del peso de este y del tipo de rueda que lleve. De este modo, dos coches del mismo modelo pueden tener presiones diferentes, pues en muchos casos un automóvil puede equipar ruedas con varias medidas.
Así, para saber qué presión deben llevar los neumáticos lo mejor es consultar el manual del vehículo, aunque casi todos los automóviles suelen llevar una especie de gráfico en uno de los pilares que se ve al abrir una puerta.
En este dibujo están las distintas medidas de neumático que lleva ese modelo y las presiones para las ruedas delanteras y las traseras.
A veces hay que inflar más las ruedas
Las presiones de las ruedas son para condiciones de circulación estándar. De hecho, lo usual es que en el mismo manual nos advierta de que cuando circulamos muy cargados es mejor dar algo más de presión, volviendo a la normal cuando volvamos a movernos sin esa carga.
Riesgos de llevar una mala presión en los neumáticos
Si no sabemos qué presión deben llevar los neumáticos de nuestro coche lo mejor es comprobarlo de inmediato y medirla en una gasolinera o con un compresor. No llevar la que corresponde tiene algunos riesgos
Las ruedas pueden reventar
Una presión excesiva puede hacer que un neumático reviente. El fabricante lo ha probado a la presión que recomienda, por lo que un inflado excesivo favorece que explote mientras estamos conduciendo.
Llevar la presión por debajo de lo recomendado también puede ocasionar un reventón, pues hay más superficie de goma tocando el suelo y esta se calienta, aunque en este caso lo normal es que la rueda se pinche.
Se desgastarán antes de tiempo
Si desconocemos qué presión deben tener los neumáticos de un coche podemos acortar mucho la vida útil de las ruedas, provocando un desgaste irregular que nos obligará a cambiarlas antes de tiempo.
Con la presión por encima de lo recomendado el neumático tiene menos superficie de contacto con el asfalto, por lo que sufrirá más desgaste en el centro que en los laterales. El caso contrario lo vemos con una presión inferior a la necesaria, cuando el centro está intacto al no tocar la carretera y los laterales están gastados.
La maniobrabilidad es peor
Cuando los neumáticos tienen una presión baja el coche maniobra peor. Tienen más superficie de contacto con el suelo y los giros son más complicados, así que hay más posibilidades de tener un accidente por no poder esquivar a otro coche a tiempo.
La distancia de frenado aumenta
Otro de los riesgos de un neumático sin las presiones que recomienda el fabricante es que la distancia de frenado aumenta, tanto si la rueda tiene más aire como si lleva menos.
Se han hecho cálculos y parece que una sobrepresión de 0,5 bares aumenta la distancia de frenado en unos 5 metros, lo cual es mucho en una situación de emergencia.
Qué hacer si no tienes la presión correcta en tus neumáticos
Lo primero que debemos hacer si sospechamos que la presión de los neumáticos no es la correcta, y que hemos circulado así durante mucho tiempo (meses quizá) es ponerle el gato al coche, coger una pistola de impacto y quitar las cuatro ruedas.
Con un buen gato y una llave de impacto esto no nos lleva más que unos minutos por neumático y así podemos revisarlos bien tanto por fuera como por la parte interior, un lugar que es complicado de inspeccionar.
Conviene llevar un compresor portátil en el maletero
Una vez que vemos que las ruedas están en buen estado lo siguiente es inflarlas a las presiones correctas, algo que siempre haremos “en frío”. Si el coche ha estado circulando durante mucho tiempo las presiones serán superiores a las que realmente tiene.
Para hacer esto lo mejor es comprar un compresor portátil, de manera que podamos revisar las presiones cada quince días e hinchar un poco las ruedas si hace falta, siempre en frío antes de iniciar la marcha.
Basta con consultar el manual si queremos saber qué presión deben tener los neumáticos de un coche. Conviene que las ruedas siempre vayan bien infladas, pues de lo contrario podemos acortar mucho la vida útil de las ruedas e incluso sufrir un accidente.